XVI 1/2 Semana de la Igualdad
Este tiempo que nos ha tocado vivir ha transformado nuestros hábitos, nuestras certezas, nuestros paisajes y muchas cosas más, y ha dejado huellas en todas y todos nosotros, algunas más visibles que otras.
Pero también nos ha enseñado algo: cuánto nos necesitamos los unos a los otros, qué importantes son las amigas, los amigos, la familia. Seguramente no hayamos echado de menos durante el confinamiento nada tanto como estar juntos, necesitábamos las risas, las bromas, el deporte con los demás, los paseos recogiendo a unas y otros en sus casas, el bullicio de la plaza. Nos volvimos imprescindibles sin darnos cuenta, necesarios para los demás. Porque cada vez que alguien nos llamaba, nos enviaba un mensaje, un meme, una canción descubierta, rompía un poco esa oscuridad y ese silencio en el que nos encontrábamos.
Nos volvimos imprescindibles, como deberíamos ser siempre. Y también nos dedicamos a nosotros mismos. Ahora estábamos solas y solos, podíamos pintarnos las uñas de negro sin que los colegas dijeran nada, o bailar en el cuarto canciones que jamás confesaríamos escuchar, ya no había que plancharse el pelo, o pensar en la ropa: confinados en nuestras casas podíamos ser quienes quisiéramos ser. Porque en esos días cuidarse tenía mucho que ver con ser una misma, con ser uno mismo, con dejar de responder a las etiquetas con las que los demás nos identifican, con dejarse ser.
Necesitamos a los demás y, a la vez, queremos liberarnos de sus etiquetas, parece una paradoja que nos debería hacer pensar ¿Podemos estar juntos, estudiar, trabajar o divertirnos respetándonos? ¿Podemos aceptar que somos diferentes, y que esa diferencia nos enriquece? ¿Entendemos qué pensar igual, vestir igual y tener las mismas aficiones no nos hace mejores ni más inteligentes? De hecho hace falta ser valiente de verdad para enfrentarnos a los demás, para ser exactamente como queremos ser. Hace falta un valor que no tiene que ver con los músculos y la fuerza, uno que sólo se ve cuando miramos a los ojos.
Dejemos de intentar que los demás sean como nosotros para poder aceptarlos, dejemos de poner etiquetas, esas que no soportamos cuando nos las ponen a nosotros, y bailemos juntos. Cada uno escuchando su propia música.
Alejandro Albaladejo del Castillo
Para inaugurar la Semana el profesorado del IES Fuente Alta ha preparado este vídeo con coreografía de David Díaz y producción de Cristina Sánchez:
¡Feliz Semana!
Puedes seguir las actividades a través de: https://epazfuentealta.blogspot.com/